Con un pícnic siempre acertarás, tanto si pretendes hacer algo romántico para un cumpleaños u otra ocasión especial como si simplemente crees que es el complemento ideal a tu partida de casino de los sábados.
¿Una manta suave y acogedora? Listo. ¿Deliciosa comida para picar? Listo. ¿Una botella de cualquier bebida que guste? Listo. ¿El lugar perfecto en el exterior? Ehhhhh… Quizá no tanto, por el momento. El invierno en España no está precisamente a tu favor en lo que se refiere a hacer un pícnic fuera. Eso, unido al hecho de que, por suerte, la mayoría de la gente no anda lanzándose a salir ahora mismo, implica que debes tener un plan B en lo relativo a dónde hacer el pícnic.
¡Pero no te preocupes, camarada nuestro a punto de entrar en pánico por él! Tenemos un plan. Está claro que es un plan atrevido, pero también uno destinado a ser igual de romántico y mucho más calentito, que es sin duda lo que le da su encanto. Por supuesto hablamos de hacer un pícnic en casa, y aquí estamos para ayudarte a montarlo en unos pocos y simples pasos. Vamos allá, ¿no?
Paso 1: el sitio, el sitio, el sitio
Nos damos cuenta de que lo ideal habría sido poder adentrarse en las profundidades de un bosque o de un parque, pero no permitas que eso te desanime. Elige un lugar de tu casa que sea realmente acogedor y lo bastante cómodo como para que podáis estar a vuestras anchas. Si tienes una chimenea francesa o un agradable calefactor, intenta montarlo todo a su alrededor. El salón o la sala de estar, o incluso una habitación, deben de ser el lugar perfecto para tu pícnic.
Paso 2: iluminación
Repite esto con nosotros: «Ambientación». Una vez más: «am-bien-ta-ción». La clave de un pícnic en casa es crear la atmósfera adecuada. Te esfuerces lo que te esfuerces, será imposible que sea romántico si lo haces a la luz de unas bombillas fluorescentes.
Si va a ser de día, la luz natural es siempre una buena opción. Y siempre puedes acompañarla con una suave iluminación ambiente si la natural no bastase. Si va a ser por la tarde, quizás sea buena idea añadir alguna vela. Sea como fuere, amigo nuestro, evita poneros bajo una bombilla; ¡eso no es bueno ni para las selfies ni para crear una buena atmósfera!
Paso 3: decoración
No tienes que descuidar la decoración solo por el hecho de que el pícnic sea en casa. ¡No, monsieur! Una manta es indispensable para cualquier pícnic, sea dentro o fuera, así que asegúrate de que sea bonita. La cesta de pícnic no es necesariamente obligatoria (no es que tengas que llevar nada muy lejos en ella), pero si tienes una, puede ser un bonito toque.
Lo bueno de un pícnic en casa es que no tienes que cargar con toda tu vajilla y la cubertería para la ocasión. Tampoco te tocará beber ni comer en vasos y platos de plástico. Aquí, realmente puedes dar el todo por el todo en los preparativos del local y servir tu comida y la bebida en bonitos platos, bandejas, mesas, vasos y copas; y usar básicamente cualquier otra cosa que creas que pueda quedar bien. ¡No olvides un enfriador de botellas de vino ni un cubo de hielo donde meter las cervezas, si te van alguna de las dos cosas!
Paso 4: comida y bebida con que deleitarse
No sabemos tú, pero para nosotros, lo que uno come y bebe en un pícnic es casi siempre la principal razón por la que nos gustan ese tipo de eventos. No nos malinterpretes: la compañía suele ser muy agradable, pero es el ‘papeo’ y la bebida lo que realmente determina el éxito o el fracaso de un pícnic.
Asegúrate de tener tus bebidas favoritas y luego da el do de pecho con los aperitivos. Nos referimos a un enorme bufé de deliciosas cosas que puedan comerse con las manos; fáciles de preparar, fáciles de comer y lo más importante: DELICIOSAS. Por ejemplo, tablas de quesos y carnes, rollitos de primavera, fruta lista para comer, minipizzas y cosas del estilo. Si tus dotes culinarias están por debajo de la media, hasta puedes plantearte comprarle todo eso ya preparado a algún servicio de catering. Pero ten en cuenta que la mayoría de la comida para un pícnic puedes simplemente comprarla en cualquier tienda y luego emplatarla de una forma atractiva. Por supuesto, si eres un auténtico crack en la cocina, quizá prefieras preparar tu propia quiche de aspecto sexy o una tarta de queso de ensueño con las que maravillar a tu pareja. ¡Tú decides!
Paso 5: algunos juegos divertidos
Si quieres llevar tu pícnic a otro nivel, piensa en algunos juegos divertidos y excitantes. Son un buen modo de crear un ambiente alegre y juguetón, además de una forma divertida de conectar con tu pareja en la que quizá no hayas pensado antes. Así que adelante, ¡desmelénate!
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